Carta🍴

El surtido de croquetas es una explosión de sabor y cremosidad en cada bocado. Con un rebozado crujiente y un interior suave, pueden incluir variedades como jamón ibérico, queso, bacalao o boletus. Perfectas como aperitivo, cada croqueta ofrece una combinación única de texturas y aromas irresistibles.

Las croquetas de jamón y pollo son un bocado crujiente por fuera y cremoso por dentro. Su bechamel suave se mezcla con trocitos de jamón ibérico y pollo, aportando un sabor intenso y equilibrado. Fritas hasta lograr un dorado perfecto, son ideales como aperitivo o entrante irresistible.

Las croquetas de rabo de toro son una delicia cremosa y llena de sabor. Su bechamel suave se mezcla con la carne melosa y jugosa del rabo de toro, guisado lentamente para potenciar su intensidad. Rebozadas y fritas hasta quedar crujientes, ofrecen un bocado exquisito y sofisticado.

Las croquetas de gambas al pil pil combinan una bechamel cremosa con el intenso sabor del marisco y el toque picante del ajo y la guindilla. Crujientes por fuera y jugosas por dentro, cada bocado ofrece una explosión de sabor que recuerda a la clásica receta andaluza. Perfectas como aperitivo.

Las croquetas de salchichón malagueño son una fusión de tradición y sabor. Su bechamel cremosa incorpora trocitos de este embutido, aportando un toque especiado e intenso. Rebozadas y fritas hasta lograr una textura dorada y crujiente, son un bocado original y delicioso, perfecto para los amantes de los sabores auténticos.

Las croquetas de manzana, queso azul y nueces son una combinación exquisita de sabores y texturas. La cremosidad del queso azul se equilibra con el dulzor de la manzana y el toque crujiente de las nueces. Fritas hasta quedar doradas y crujientes, ofrecen un bocado sofisticado y delicioso.

La ensalada mixta pequeña es una opción fresca y ligera. Combina lechuga crujiente, tomate jugoso, cebolla y zanahoria rallada, aderezada con aceite de oliva, vinagre y sal. Puede incluir atún, huevo cocido o aceitunas, ofreciendo un bocado equilibrado y saludable, perfecto como entrante o acompañamiento.

Combina lechuga crujiente, tomate jugoso, cebolla y zanahoria rallada, aderezada con aceite de oliva, vinagre y sal. Puede incluir atún, huevo cocido o aceitunas, ofreciendo un bocado equilibrado y saludable, perfecto como entrante o acompañamiento.

La ensalada de lomo de bonito es una opción fresca y sabrosa. Combina lomos de bonito jugosos con lechuga, tomate, cebolla y pimientos asados, realzando su sabor con un aliño de aceite de oliva y vinagre. Equilibrada y nutritiva, es perfecta como entrante o plato ligero.

La ensalada de mango y queso rulo es una combinación fresca y equilibrada. El dulzor del mango contrasta con la cremosidad y el sabor intenso del queso de cabra. Acompañada de brotes tiernos, nueces y un aliño de miel y mostaza, es una opción ligera, sofisticada y deliciosa.

La ensaladilla rusa es un clásico de la gastronomía, cremosa y llena de sabor. Elaborada con patatas, zanahorias, guisantes y atún, se mezcla con mayonesa para lograr una textura suave y deliciosa. Acompañada de huevo cocido y aceitunas, es un entrante fresco y perfecto para cualquier ocasión.

La ensaladilla rusa con huevo frito y mayonesa al Pedro Ximénez es una variante innovadora de la clásica ensaladilla. Esta versión combina la cremosidad tradicional con el sabor distintivo de la mayonesa al Pedro Ximénez y la textura del huevo frito.

La ensaladilla templada con langostinos es una versión sofisticada de la clásica ensaladilla. Se elabora con patatas tiernas, zanahoria y mayonesa ligera, servida a temperatura templada para potenciar los sabores. Los langostinos, jugosos y ligeramente salteados, aportan un toque marino exquisito. Perfecta con un toque de aceite de oliva y cebollino fresco.

El revuelto de espárragos y langostinos es un plato ligero y sabroso. Los espárragos, crujientes y frescos, se combinan con langostinos jugosos y huevos cremosos, creando una textura suave y deliciosa. Un toque de ajo y perejil realza su sabor, convirtiéndolo en una opción saludable y equilibrada.

Los langostinos al ajillo son un plato sabroso y aromático. Salteados en aceite de oliva con ajo laminado y un toque de guindilla, adquieren un sabor intenso y ligeramente picante. Su textura jugosa y su irresistible aroma los convierten en una opción perfecta para disfrutar con pan crujiente.

Las habitas de la abuela son un plato tradicional y reconfortante. Tiernas y llenas de sabor, se saltean con cebolla, ajo y jamón ibérico, aportando un toque ahumado y salino. Su textura suave y su combinación de ingredientes las convierten en una receta casera irresistible, perfecta para disfrutar con pan crujiente.

Las alcachofas con jamón ibérico son un plato sencillo pero lleno de sabor. Las alcachofas, tiernas y ligeramente doradas, se combinan con el jamón ibérico, que aporta un toque salino y crujiente. Salteadas con ajo y un chorrito de aceite de oliva, ofrecen una combinación deliciosa y equilibrada.

La morcilla de Burgos es un embutido tradicional con un sabor intenso y especiado. Elaborada con arroz, cebolla, sangre y manteca de cerdo, se caracteriza por su textura jugosa y su toque especiado. Se puede disfrutar a la plancha, frita o en guisos, siendo un manjar castellano imprescindible.

La ración de jamón ibérico es un auténtico manjar de la gastronomía española. Su textura suave y su sabor intenso, con notas de frutos secos y matices curados, lo hacen irresistible. Servido en finas lonchas, acompañado de pan y un buen aceite de oliva, es un placer para los sentidos.

La ración de queso curado de oveja es un deleite para los amantes del buen queso. De sabor intenso y textura firme, presenta matices lácteos y un ligero toque ahumado. Servido en finas cuñas, acompañado de pan y frutos secos, es perfecto para disfrutar con un buen vino.

El solomillo de cerdo ibérico es una carne jugosa y llena de sabor. Su textura tierna y su equilibrio de magro y grasa lo hacen ideal para cocinar a la plancha, al horno o a la brasa. Acompañado de salsas o simplemente con sal en escamas, es un bocado exquisito.

La pluma ibérica es una pieza jugosa y tierna, con una infiltración de grasa que potencia su sabor. Cocinada a la brasa o a la plancha, desarrolla una textura crujiente por fuera y melosa por dentro. Su intenso sabor la convierte en una de las joyas del cerdo ibérico.

El lagarto ibérico es una pieza sabrosa y jugosa, caracterizada por su gran infiltración de grasa que le aporta un sabor intenso. Su textura tierna lo hace ideal para cocinar a la plancha o a la brasa, logrando un exterior dorado y un interior suculento. Perfecto con sal en escamas y ajo.

El entrecot de ternera de Burgos es una carne de excelente calidad, tierna y jugosa, con un equilibrio perfecto entre magro y grasa infiltrada. Cocinado a la brasa o a la plancha, desarrolla una costra dorada que potencia su sabor intenso. Ideal con sal en escamas y guarnición sencilla.

El solomillo de ternera de Burgos es una carne excepcionalmente tierna y jugosa, con un sabor suave pero intenso. Su textura delicada lo hace ideal para cocinar a la plancha, al horno o a la brasa. Acompañado de una salsa ligera o simplemente con sal en escamas, es un manjar irresistible.

El calamar a la plancha es tierno y sabroso, con ajo, perejil y limón. Su textura dorada y su sabor marino lo hacen un clásico mediterráneo irresistible.

La rosada a la plancha o frita es un pescado blanco de sabor suave y textura firme. A la plancha, se cocina con aceite de oliva, ajo y limón, resaltando su frescura. Frita, con rebozado crujiente, se convierte en un bocado dorado y jugoso, perfecto con mayonesa o alioli.

El lomo de bacalao al ajillo es un plato aromático y delicioso. El bacalao, tierno y jugoso, se cocina suavemente y se baña en una salsa de ajo dorado y guindilla, realzando su sabor. Un toque de perejil y aceite de oliva completan esta receta tradicional, ideal con patatas o ensalada.

La pata de pulpo a la brasa es un manjar con un equilibrio perfecto entre ternura y sabor ahumado. Se cuece previamente para lograr una textura suave y luego se marca en la brasa, obteniendo una capa exterior ligeramente crujiente. Se sirve con aceite de oliva, pimentón y sal gruesa, resaltando su esencia marina.